LA GRIPA DEL PRESIDENTE

 



*Curarse en casa

*Cuento chino

*Sanidad pública/privada

*Antes y después de Amlo

 

VLADIMIR ROTHSCHUH

 

El presidente López Obrador ha humanizado la pandemia haciéndola del conocimiento público y redimensionando el tabú de la peste a una simple gripa que se trata en casa hasta que el ciclo viral termine en diez días. Ahora los mexicanos tenemos una pandemia marcada por el hito del Presidente de México, decirlo públicamente no es motivo de vergüenza pues el primero en formar parte de esa aceptación como proceso de sanación fue Carlos Slim. Si el presidente López Obrador abraza la cura con la admisión,  el hombre más rico de México también lo hace público con el añadido de que es mejor tratarse en un hospital público de alta especialización que en uno privado o suyo. Mientras el ex cardenal Rivera, un sacerdote adinerado que privó a los ancianos clérigos de la CDMX el derecho al IMSS, reclamaba a la Arquidiócesis dinero para ser tratado por sus amigos Vázquez Raña,  el multimillonario Slim acudió en alharaca al Instituto de Vías Respiratorias. El nuevo rango concedido por el presidente López Obrador a la pandemia, se refleja en que nadie supo en qué acabó el pariente cercano de Carlos Slim internado el año pasado en Médica Sur, en cambio  hoy el ingeniero Slim envió a su hijo a dar la nueva en la coyuntura del presidente de México. La mejor medicina que ha dado a conocer el presidente López Obrador a lo largo de estos meses de emergencia sanitaria es mantener en alto el optimismo, una persona que vibra alto está por encima de la frecuencia baja de cualquier enfermedad o virus;  en ese marco no fue raro que Vicente Fox anduviera vendiendo un bien público como el solfeggio a 741 Hz para la sanación holística. Ciertamente la crisis nacional por la pandemia proviene de la privatización o subrogación de los servicios de salud que el foxismo y el calderonismo emprendieron en su década perdida. Ese legado panista es el responsable de que México se encuentre entre las naciones con elevados indicadores de muerte por la gripa china, no obstante que la Cuarta Transformación haya universalizado la salud a todos los mexicanos y que las especialidades dejen de ser un negocio privado como resultaron ser los pacientes con cáncer. 

Atendiéndose en casa, el presidente López Obrador ratifica lo que han venido señalando los ‘anarquistas’ sobre el fracaso del sistema hospitalario, debido a que su origen benevolente partió de la sanidad que carecían los hogares pobres y que solamente poseían las familias pudientes. Hoy día las estadísticas revelan que es mejor quedarse en casa, aislarse, ralentizar el virus como han hecho los Secretarios del Gabinete infectados y que viven para contar el cuento chino de la Sopa de Wuhan. Son más los mexicanos que se curan en sus casas que los que sobreviven en los hospitales, ahí están las cifras del gasto innecesario en los ventiladores que matan a cualquier intubado,  fenómeno que el equipo de Jorge Alcocer y López Gatell deberían abordar con urgencia, pues cientos de chilangos buscan oxígeno encareciéndolo bajo la ignorancia de que es un ventilador artificial, hay quienes incluso en la desesperación del nocebo recurren a las bombas de aire de las peceras.  Antes y después de López Obrador, es la marca actual en México, no sólo por sus valores políticos juaristas sino por su tratamiento doméstico a la gripa china.

 

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