*Bucareli y su agenda laboral
*La normalización burocrática
*El que nada debe
El presidente López Obrador vuelve a
acortar el lazo sobre los expresidente apuntando a las elecciones del año
entrante como un dispendio único durante la elección federal. Entre esos
preparativos la reforma que extingue el fuero presidencial aligera los
propósitos sobre qué llamar a cuentas a los ex mandatarios desde Salinas hasta
Peña. Y como ha sido el presidente López Obrador el ejemplo moral de su
republicanismo juarista, la Revocación de Mandato que no querían enfrentar el
año entrante los conservadores, inevitablemente vuelve a ser revalorada en un
solo horizonte de éticas y posverdades. A dos años en Palacio Nacional, el
presidente López Obrador ha enfrentado una guerra sucia y constante de sus adversarios
ideológicos pero que rechazan medirse en una Revocación de Mandato, aunque en
lustros pasados haya sido la derecha quien juzgó por los delitos de lesa
humanidad a Luis Echeverría durante el sexenio de Vicente Fox, siendo el fiscal Carrillo Prieto quien dirigió
el proceso en contra del ex mandatario y ex jefe supremo de las fuerzas
armadas. Felipe Calderón exoneró al ex presidente Echeverría junto con los
malos cuerpos militares que lo acompañaron en el 68 y en 71, para congraciarse
con sus acciones belicistas y fratricidas de su Plan Mérida. Tan alta tiene la
escala de su moral republicana el presidente López Obrador que apuró a la otra Cámara a desembocar el
fuero de los expresidentes para dejar en la voluntad popular el destino de los
ex Jefes de Estado, bien recordados o malqueridos en la memoria colectiva.
Los temas laborales ahora los atiende
Olga Sánchez Cordero en Gobernación, fue ella y no la titular de la STPS, Luisa
Alcalde, quien sentó a Carlos Slim y a Hernández Juárez a dirimir sus
diferencias mirando por el bien de México, consiguiendo así que la principal
telefónica del país no metiera más fierros a la lumbre de la economía
postcovid; el ingeniero Slim es uno de los principales activos empresariales
que empujan la 4T y que ha sabido apalancar los proyectos cruciales del
presidente López Obrador. La confianza de Slim en el proyecto del presidente
López Obrador suma a su amiga Olga Sánchez Cordero no obstante de provenir ella del
Grupo Banorte. Un fierro menos es el punto final de la huelga en Telmex a
estallar en estas fechas como agua fría sobre esa lumbre que el conservadurismo
soplaba con mal agüero.
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