ODRES NUEVOS




*El peso de la obesidad
*Issste sin pretextos
*Gobierno solidario
*Lácteos y Covid19

VLADIMIR ROTHSCHUH


Un día antes del anuncio de su paquete económico, el presidente Obrador reveló en Morelos algunas resistencias entre miembros de su Gabinete por el trance del Coronavirus, cuando dijo: “Agradezco a Luis Antonio Ramírez Pineda por su apoyo y respaldo, agradezco a médicos, agradezco a enfermeras y trabajadores del ISSSTE, que están ayudando todos, no están poniendo pretextos o excusas, están colaborando como se necesita en estos momentos difíciles”. Sin ‘pretextos, ni excusas’, fue suficiente para entender la difícil tarea de gobernar que enfrenta el presidente López Obrador, no sólo lidiando con el conservadurismo, sino con algunos colaboradores que tiene una visión distinta a su proyecto de transformar el país y que están pervirtiendo el vino nuevo de la Cuarta Transformación en los odres añejos que hicieron fracasar a México bajo el neoliberalismo. De  ahí la sentencia del Jefe de Estado cuando observó a esta crisis global como una oportunidad o anillo al dedo, pues se está dando la coyuntura para que renazca una nueva sociedad, nuevos gobiernos fraternos, un sistema económico éticamente responsable y proyectado en una economía moralmente solidaria. Es pervertido dejar de ver el quiebre del modelo capitalista en el planeta y enfocarse en la administración tecnocrática de los fenómenos como indican FMI y BM endeudando más a los pueblos en vez de ofrecer salidas estructurales a los impedimentos financieros hacia la prosperidad. El reconocimiento público del presidente López Obrador a Luis Antonio Ramírez Pineda por trabajar hombro con hombro en este momento, 'sin pretextos, ni excusas', sirvió para imaginar el reajuste gabinetal que desde ayer trae a varios gitanos leyéndole pecadoramente las manos a este Domingo de Ramos.


Así como el presidente López Obrador hace del pensamiento positivo su instrumento para disipar la maledicencia del conservadurismo con sus alegorías del desastre, igualmente López Gatell hace de la máxima hipocrática de ‘somos lo que comemos’, raíz de la crisis mundial por el Covid19. El vocero del Pulso de la Salud responsabiliza a la industria alimenticia de los estragos ocasionados en los actuales males que aquejan a las sociedades cebadas con procesados de escaso valor nutritivo. A nivel global nadie, ni siquiera la ONU y FAO, han aceptado la responsabilidad bioética en la matanza de animales huéspedes del Coronavirus; China acaba de prohibir comer gatos, perros y ratas a su población, pero guardó silencio sobre el tráfico de especies y que supera financieramente el trasiego de armas y de indocumentados.  A la ONU le están pidiendo las organizaciones defensoras de animales vedar los mercados húmedos como el de Wuhan y epicentro del Covid19, siendo que estas agrupaciones anti veganas no le están diciendo que prohíba comer cadáveres porque la culpa es del Pangolín que infectó a los humanos. López Gatell mostró el otro lado de la salud pública mexicana omitida por la industria alimenticia y farmacéutica, pues tan sólo en México mueren al año 600 mil personas por diabetes, cardiovasculares, cerebrovasculares, cánceres, renales y daños hepáticos. Se le escaparon a López Gatell las enfermedades respiratorias con 30 mil personas fallecidas diariamente en el mundo debido al consumo de lácteos y origen de muchos padecimientos pulmonares. En la emergencia mundial del Covid19 ninguna autoridad acusa a la leche de este saldo sabiendo que sus toxinas solamente se pueden eliminar por ventilación pulmonar y no por la orina o heces. Todos los problemas gastrointestinales de la vida moderna se atienden con derivados lácteos siendo causa de la hiperacidez estomacal  que en consecuencia hace que la industria farmacéutica promueva medicamentos bloqueadores de la bomba de protones o de los ácidos naturales de los estómagos, aniquiladores éstos de bacterias, hongos, protozoos y virus. La inmensidad de jóvenes europeos con diarrea  por el Covid19, en realidad pagaron alto el precio de contrarrestar la comida chatarra con antiácidos. López Gatell acusando a la mala alimentación como factor no sólo del Covid19, sino de las modernas no enfermedades que causan millones de muertes en el mundo y mantienen el sistema sanitario mexicano en convalecencia, reabrió el debate de los etiquetados alimenticios contra los que se ampararon nuestros empresarios alegando sus derechos a hacer dinero con la enfermedad de los mexicanos. Se aguarda que al final de la pandemia, como aguarda el presidente López Obrador, la humanidad adquiera un ápice de bioética y tenga el valor autocrítico de asumir sus responsabilidades en esta crisis global para no volver a ignorar como ya lo hizo sobre sus obligaciones en el cuidado medioambiental. López Gatell señaló a la industria alimentaria de la crisis del Covid19, faltó añadir a la mafia criminal de la industria farmacéutica porque todos los medicamentos contra diabetes, obesidad, hipertensión y gastritis son los culpables de ampliar la viralidad del Coronavirus.