*Libertad de la cultura
*Bienestar sustentable
*Médicos, no políticos
*Deporte mexicano
VLADIMIR ROTHSCHUH
El espiritismo del padre fundador del PRI
pervive en las generaciones actuales de los militantes tricolores: Dulce María
Sauri está empecinada en que el Presidente López Obrador es la reencarnación
del Presidente Benito Juárez. ¡Albricias! tenemos de regreso al Benemérito por
el que todo mexicano instruido se hace llamar Licenciado, según la percepción del
cerverismo yucateco, o hemos de gritar ¡Bomba! cuando la legisladora se
empecina no en engrandecer la herencia callista de Allan Kardek y su mesa de
tres patas sino el conservadurismo posmoderno intentando echarle agua caliente
al pecho del presidente López Obrador como recetaba la medicina del siglo
dieciocho para tratar infartos. Siendo que el Presidente de México y su 4T exhuman
la honrada medianía juarista, implantan el modelo transformador del Benemérito
y se mudan a vivir al mismísimo Palacio Nacional, entonces brota de las baldosas palaciegas el
golpismo suave del panismo y duro del priísmo de que sus coronarías ameritan
una auscultación pública de año con año cosa que Dulce tomó con ternura con su
octogenario Víctor e igual con las
jaquecas no de López Mateos sino de Zedillo o el silencio absoluto del cáncer
bucal de Peña Nieto. Ha sido deporte de mexicanos la salud del tlatoani y los
códices y los cronistas lo cuentan a su manera con el encierro de Moctezuma, la
megalomanía de Cortés, hasta la fecha en que el garlito sanitario del Jefe de
Estado sigue corroyendo las entrañas de sus adversarios. Y a diferencia de Díaz
Ordaz que jamás reconoció su tuertez, o la lumbalgia secreta del eterno
Echeverría, o la omitida bipolaridad foxiana o el cáncer que noticiaba Sanjuana
de Peña Nieto, el presidente López Obrador reconoce y anuncia en sus mañaneras
los previos a su chequeo médico y los resultados al cien de su corazón y que no
debe llamarse enfermo porque la hipertensión es el resultado de la ausencia de
alimentos crudos en la dieta. Ante los afanes suaves y duros de sus oponentes
de cafetín, el presidente López Obrador recurre a la medicina ayurvédica cuando
reitera, ‘la edad es un estado mental’ pues visita cuatro estados en un fin de
semana, a las cinco de la mañana está en pie y todos los días le macanea a la
mañanera ante el estupor de su Gabinete que aparece abrigado de cabo a rabo y
con ojeras en los belfos. La reencarnación pretendida de López Obrador como
Benito Juárez mata a los beatos y sofoca el mediuminismo palurdo.
Las cárceles no son invento del hombre, son
una herencia genética de las abejas, como lo es de los reptiles la crueldad
especista manifestada en actos raciales como los de El Paso, Texas. ¿Por qué
los humanos como especie evolucionada debe imitar el sistema penitenciario y
punitivo de los insectos? Solamente la cultura ayuda a trascender ese ADN y
Alejandra Frausto dio un paso trascendental y único logrando abrir las rejas del
Reclusorio Varonil Norte de la CDMX para hacer efectivo el lema cultural de la
4T de no dejar a nadie atrás: ocho reos artistas fueron invitados a una visita
guiada por la exposición Territorios de la memoria. 1985-2019 en el Museo de
Arte Moderno (MAM). A esos ocho artistas plásticos del Varonil Norte se
añadieron cuatro que recuperaron su libertad e integran el Kolëctiv.feat.
Acompañando el colectivo Frausto manifestó que “existe talento en todas partes, simplemente
hay que dar los causes para que el arte florezca y se tenga un camino y un
lugar hacia dónde ir, nadie se puede quedar atrás en la cultura” desde aquel ex
mandatario que dijo que la corrupción en México era un asunto cultural, la
misión de la 4T en la vertebración del comunitarismo artístico demuestra que
cultivar es transformar y que nada más opuesto al sentido original del cultivo
es el rastrojo de los submundos deformados por el poder político hasta las
raíces porfirianas. Días atrás Frausto celebró convenios con la CNDH y el área
federal de reclusorios, dando sus primeros frutos con ese ensayo de los
artistas plásticos de Varonil Norte compartiendo la multidimensionalidad
liberadora en el Museo de Arte Moderno.
En la gira del presidente López Obrador por la
sierra poblana escuchó de Miguel Barbosa una sentencia de mucho peso y
generacionalmente abrigadora: en Puebla el sistema sanitario está en manos de
políticos y no de médicos experimentados. Y obviamente esa crítica del
gobernador Barbosa se convertía en un elogio dirigido a la decisión del Primer
Mandatario de poner al experimentado Jorge Alcocer al frente de la reforma
escandinava de la salud de México. Las implicaciones
de que los políticos hayan desplazado a los abogados en el sistema penal, los
líderes charros a los mentores en el educativo y los políticos a los médicos en
el sistema sanitario, resultaba ser una obviedad cuando lo externó el
Gobernador de Puebla, pero que en lógica común su sentido es el menos común
cuando se trata de los roles de poder político. Y vaya que estaba pensando
Miguel Barbosa en el morenovallismo como efecto y daño colateral del elbismo
cuando se hizo de Casa Aguayo por medio del chantaje de la Maestra Gordillo y
Felipe Calderón sobre el preciosismo marinista para instalar una monarquía de
conclusiones fatales y derivaciones desastrosas con el yunismo tanto para el
ISSSTE, como para los veracruzanos. Poner a un indio a repartir pinole es contra
natura, pero poner a un político a cargo de la salud es como señalaba el
presidente López Obrador, encargarle a un economista el PND o a un Divisionario
la pacificación del país. La ponderación de Jorge Alcocer al frente del sistema
sanitario nacional como una decisión acertada del presidente López Obrador, es
causa de lo que viene en la gubernatura de Barbosa para transformar a Puebla en
sus clínicas y hospitales.
Sembrar árboles fue una tarea de pasados
sexenio, hasta ahí parecía un programa federal más del presidente López Obrador
y María Luisa Albores, Sembrando Vida. Su exportación a Mesoamérica donde funda sus raíces familiares la
Secretaria de Bienestar, supera el horizonte de los maderables y frutales en su
concepción original cuando en Veracruz inauguró Albores con Cuitláhuac García
un eslabón más a través de la vivienda sustentable: 100 totonacas de Sembrando
Vida fueron electos por sus comunidades para beneficiarse de la otra fase
social de Bienestar con construcciones que reforzarán el sentido de pertenencia
y permanencia en las comunidades. Para Albores González el sueño comunitarista empezado en la sierra poblana alcanzó
con el presidente López Obrador dimensión nacional y trascendió fronteras con
el Plan Marshall centroamericano, siendo el pilotaje veracruzano el inicio que
se moverá luego a Tabasco construyendo ‘hogares
sustentables, donde la familia tenga lazos fuertes que tienen que ver con
principios y valores que harán comunidades, ejidos y rancherías fuertes que
derivarán en bienestar con el que se logrará tener paz ante la violencia’; pero
sobre todo, frenará las migraciones en
donde Veracruz ocupa uno de los primeros lugares en exportación de mano de obra
y de trata sexual hacia Estados Unidos. Sedebien acompañará el exitoso programa de Cooperativa Tosepan que ha construido más de 18 mil casas siendo
lo colectivo el eje de transformación; para estas cien casas autosustentables otorgará
respaldo el gobierno de Cuitláhuac García a través de Invivienda, Conavi, como
de la comunidad Papantla el Consejo
Supremo y sus Voladores. Indudablemente como afirma el Presidente de México, la
sustentabilidad de Sembrando Vida enriquecerá las cortinas de prosperidad para
Mesoamérica.
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