ESCLAVISMO DOMÉSTICO





*Clientelismo criminal  
*Oficina verde
*Magisterio demonizado
*Comedores comunitarios
*Denuncia ciudadana


VLADIMIR ROTHSCHUH

Solamente hizo falta al presidente López Obrador añadir a la revisión de los comedores comunitarios la fresa de ese pastel que representaban las proveedurías de los hijos de Martha Sahagún, Vicente Fox, Arturo Montiel y Ernesto Zedillo. Como las estancias infantiles, como en los espacios para las mujeres maltratadas,  como las ONGs, como el Fonca, la intención y los recursos, eran loables, pero su destino no cumplía los propósitos. Han sido los mismos grupos vulnerables los que reclamaron al presidente López Obrador los desvíos  presupuestales y las pérdidas de las metas cuando el dinero goteaba en su trayecto final hacia manos ajenas. Para el Presidente de México a nombre de la pobreza muchos crímenes se cometieron bajo eslóganes de Solidaridad, Prospera, Oportunidades, Progresa, funcionando todos ellos en escritorios, papeles y en el clientelismo político de los tres niveles de gobierno. Como en las clínicas de salud rurales que abandonó Solidaridad y que ahora reactiva Jorge Alcocer, eso mismo le ha tocado enmendar a María Luisa Albores con la tergiversación de los programas sociales estrella cuya derrama escasamente benefició a los que menos tenían. Ciertamente que cada sexenio ajustaba las políticas sociales quedándose con la misma burocracia que lo echaba todo a perder pero abonada con la falsía de la probidad presidencial: con un inquilino de Los Pinos propenso a la desnaturalización de su función pública, se multiplicaban en las oficinas de gobierno la semejanza de un Presidente distante de la honrada medianía. Ninguna de las comisarías sociales, ninguno de los padrones blindados, ninguno de los candados anticlientelares, impidió que en la obviedad neoliberal en esas arcas pecaran como curas con la limosna, partidos y gobiernos. 



Magistradas, senadoras, catedráticas universitarias y ONGs son encabezadas por Nadine Gasman para el recuento anual de ONU Mujeres. Allá Juan Ramón de la Fuente las aguardó  con el tema “Buenas prácticas en la prestación de protección social, los servicios públicos y la infraestructura sostenible, en particular el reconocimiento y la valoración del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados”.  México con el streaming de Netflix, Roma, se puso al frente de la denuncia de un añejo esclavismo y que abre las venas de Latinoamérica en sus formas visibles de violencia contra las mujeres. El reconocimiento y valoración del trabajo doméstico sin embargo se aleja de las políticas públicas establecidas por Inmujeres cuando  la ultraderecha disfraza por moda a través de Martínez Cázares el proyecto de Vicente Fox para sumar al IMSS a las amas de casa cuando el objetivo nada tenía que ver a favor de las mexicanas sino cobrar más cuotas y traducir  el trabajo doméstico en empleos formales. La moda de los derechos de las empleadas domésticas a través de la óptica de Netflix y Cuarón, tristemente disfraza las raíces del sexismo y consumismo más allá de nuestro mestizaje en las que Televisa triunfó con sus telenovelas. Sobre la experiencia de la titular de Inmujeres, Nadine Gasman, promete demasiado la agenda para este  63 periodo de sesiones de ONU  y que versará acerca de  "Los sistemas de protección social, el acceso a los servicios públicos y la infraestructura sostenible para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas".



Con el programa Oficina Verde, involucró Josefa González Blanco en cero desechos a todo el personal de Semarnat que labora en Ejército Nacional. El fomento a la cultura ambiental divorciado entre la burocracia baja, alta o media en Semarnat, representaba la dialéctica irresuelta de los contrarios: los trabajadores de la Secretaría del medioambiente eran anti-ambientalistas por el desperdicio de electricidad, agua, papel, plásticos, crueldad animal y movilidad. Por algún lugar comenzó González Blanco y fue desde casa comprometiendo a los trabajadores de la dependencia a seguir protocolos desde una manera informada que los hará responsables de lo que representan. La gran estafa medioambientalista son los llamados defensores de los animales y sus representaciones políticas verdes porque mientras lanzaban iniciativas a favor del medioambiente seguían siendo carnívoros, usando autos de ocho cilindros, consumiendo plásticos; en otras palabras, los ambientalistas mexicanos profetizaban desde el engaño, salvo las nuevas generaciones de Millennials y Centennials apegados a una bioética como forma de vida cotidiana. La verdadera sorpresa la dará Josefa González Blanco cuando muestre el índex de funcionarios veganos o al menos vegetarianos en Semarnat, entonces la Oficina Verde será una extensión sistémica de los propósitos para ‘eliminar al 100 por ciento el plástico de un solo uso, como las botellas de agua en las reuniones de trabajo; reducir en un tres por ciento el consumo de energía; alcanzar el 100 por ciento en la separación correcta de los residuos sólidos; disminuir en un 10 por ciento las impresiones y copias en papel en relación con el año anterior; incrementar el porcentaje del personal que se transporta en bicicleta y/o comparte su auto e incentivar juntas de trabajo vía remota; eliminar las compras de plásticos, de unicel y de productos no reciclables, y consolidar adquisición de papel reciclado o con certificado forestal y de materiales de rápida biodegradación.’


Cuauhtémoc Blanco y Alfonso Durazo se distancian del paradigma graquista en la seguridad pública y el vicealmirante Ortiz Guameros, Comisionado Estatal de Seguridad, implantó con Rafa Reyes,  módulos y buzones de denuncia ciudadana para abatir los excesos de los uniformados. Fue una manera de expresar la atención a las quejas en redes sociales contra los elementos operativos y de tránsito en Jiutepec. Por cada queja anónima contraloría interna iniciará investigación y proceso sobre los responsables, vacunando de esa manera el mal comportamiento policial en Jiutepec como en todo Morelos. El acuerdo entre el edil y el vicealmirante  transparentará las obligaciones de los servidores públicos, no obstante la luz verde que la SCJN concedió a las policías para cateos y revisiones sin orden de juez; la otra cara de esa moneda son los derechos humanos que se obligaron a respetar Blanco y Reyes en la restitución de la paz social perdida en esa entidad y municipio los pasados sexenios.



Negociar con el SNTE jamás ha sido un problema para el gobierno federal, con quien ha tenido que lidiar la SEP es con la disidencia magisterial y coautora del triunfo de López Obrador en las urnas, por ende el pliego de demandas que el SNTE le presentó a Esteban Moctezuma transcurrirá de manera sinuosa como ha sido a lo largo de la simbiosis entre factismo y gobierno. Moctezuma acercó a las dirigencias de la Coordinadora con el presidente López Obrador obteniendo nuevas dinámicas para sumarla a las decisiones colegiadas que debe tomar la SEP entre todos los sindicatos magisteriales que dan forma a la instrucción pública federal. El maniqueísmo del ex partido de Estado dividiendo entre buenos y malos al magisterio para conseguir la sobrevivencia de un régimen autoritario se expresa en las divergencias de un profesorado bueno del SNTE y la demonización de la CNTE. Tiene que quebrar esa perversidad Esteban Moctezuma dentro de los alcances transformadores ofrecidos por el presidente López Obrador porque el hecho de aceptar la maldad en unos y la bondad en otros repercutiría en la multiplicación de la vieja escuela mexicana dedicada a satanizar más que a crear nuevos ciudadanos en sus aulas. Moctezuma tiene la capacidad intelectual y moral para conseguir una reconciliación del magisterio nacional en todas sus expresiones y divergencias, el presidente López Obrador lo denomina amor y paz o amnistiar en aras de la certidumbre hacia un único proyecto que se llama México. El hecho que Moctezuma promueva la nueva escuela se sostiene en la pluralidad de los distintos Méxicos que ahora contemplará la  reforma educativa incluyente, pero no se logrará si persisten los vicios del pasado entre ellos y ustedes, entre oficialismo y disidencias. Lo menos que le urge a la educación pública mexicana es el costumbrismo burocrático en el que sucumbieron Tamez, Josefina (quien por cierto está de regreso en la SEP), Córdova, Lujambio, Chuayffet y Nuño (que no se han ido).


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