*Guardia civilista
*Vivienda social
*Seguro popular
*Derechos y garantías
VLADIMIR ROTHSCHUH
Los plácemes senatoriales embargan a todas las
fuerzas políticas: democráticamente el partido mayoritario en el poder dio
muestras de humildad aceptando y adecuando la transformación de la Guardia
Nacional hacia lo civil. Las demandas de PAN, PRI y PRD para que el machote
original a la venezolana de la Guardia Nacional se moviera hacia un sustrato
respetuoso de los derechos humanos y enteramente civil, consiguió que todos ganaran
en las negociaciones de Monreal con los demás miembros de la Jucopo,
especialmente el Ejército que dejará de seguir haciendo el trabajo sucio a los
políticos y gobiernos incapaces de asumir sus responsabilidades, no desde que
la derecha ensangrentó a México hace dos sexenios, sino desde el 68, la Guerra
Sucia y Chiapas. Los elogios de derechas e izquierdas en el seno de la Jucopo
son condecoraciones al trabajo parlamentario de Ricardo Monreal como fusible
atemperador de los intereses encontrados entre unos y otros, lo que involucra
también al partido en el poder y sus actores gubernamentales. La numeralia de
buenos deseos con el nuevo organismo que atenderá la violencia nacional se
catalogan con los tiempos límites al 2023 para la milicia en las calles, las
competencias jurisdiccionales civiles, soberanías de los estados, marco legal
internacional en derechos y garantías, sujeción
al Senado y civilidad en sus mandos.
Promete mucho Nadine Gasman para Inmujeres,
sus límites serán los mismos que desde comienzos de este siglo han impedido a
tres gobiernos federales cumplir con una agenda de género en los hechos pero de
sobrada abundancia en los escritorios y la jerga burocrática y superlativa. Arriba
Gasman Zylberman prometiendo a la Cuarta Transformación poner en su centro ‘la
agenda de la igualdad sustantiva y contribuir a la superación de las
desigualdades entre mujeres y hombres y convocar a un proceso de participación
desde lo local para la construcción del Programa nacional de igualdad
sustantiva’. Sus capacidades están probadas, su profesionalismo rebasa conocimientos,
su edad es suficiente erradicando
precipitaciones, los tiempos políticos son renovadores con Sánchez
Cordero rompiendo moldes en la política interior; tiene todo de su lado Nadine
Gasman y el respaldo de un gobierno federal plegado a nuevas éticas públicas
sabiéndose de antemano que la raíz de la violencia contra las mexicanas se
sustantiviza en los hogares gracias a la subcultura de la instrucción pública
amarrada al criollismo virreinal. Nuestra historia doméstica es la de un
matriarcado generoso en sus usos y costumbres contra los que Inmujeres como
institución ha luchado desigualmente desde las familias, sociedad y sobre todo
entre los actores políticos en turno representando el Establishment.
Técnicamente informó Carlos Martínez a los
senadores del devenir del Infonavit, y lo que se aguardaba una comparecencia
explosiva por los pasivos y déficit en la vivienda de los trabajadores,
transcurrió entre cifras, datos, tiempos de una superficie en calma pero
agitada debajo de esa piel. Apegándose a lo escueto Carlos Martínez adelantó el
fin de las subastas que arrojan pérdidas al Infonavit, señaló las viviendas
abandonadas, la cobranza, procesos judiciales y el nuevo esquema urbanizador de
Amlópolis que promueve Meyer Falcón que articulará movilidad y empleo en las
futuras unidades habitacionales. Los senadores se quedaron satisfechos, a su
manera de ver todo está bien en el Infonavit si es que Carlos Martínez mira
hacia el futuro y continúa administrando igual que en el pasado la vivienda coludida
con empresarios y sindicatos. Por ahí no van las instrucciones del presidente
López Obrador a su director del Infonavit puesto que para acabar con la
corrupción viviendera no hace falta una consulta popular como la que viene
anunciando el primer mandatario por el norte del país acerca de los
expresidentes. Ningún dilema tiene Martínez Velázquez entre administrar el
pasado o transformar el futuro de la vivienda nacional una vez que decidió
universalizar ese derecho.
Acompañó Rafa Reyes el programa estatal de
Cuauhtémoc Blanco como una medida práctica mientras
se reemplaza desde la Cuarta Transformación el modelo sanitario del
calderonismo denominado Seguro Popular y que en labios del presidente López
Obrador no es seguro ni es popular. Son 72 mil jiutepenses los adscritos a ese
modelo estatal del graquismo que apunta Cuauhtémoc Blanco a desaparecer por
paradigmas eficaces, comenzando Rafa Reyes por horizontalizarlo en tiempo y
forma porque la atención médica era selectiva, pasmada y breve. Los tiempos de
atención logró extenderlos hasta la noche Rafa Reyes superando a los grupos
vulnerables que encuentran placebos en un sistema sanitario fallido y que López
Obrador promete elevar hasta los estándares nórdicos. Semanas atrás emprendió
Rafa Reyes un recurso piloto como ensayo sobre el Seguro Popular renovado, atendiendo a las mujeres con servicios de mastografías y papilomas con tal de
detectar tempranamente las afecciones comunes en el grueso de las jiutepenses.
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