*El derecho de audiencia
*Transparencia en Turismo
*Esclavismos modernos
*La carestía neoliberal
VLADIMIR ROTHSCHUH
La austeridad de la que tanto
hablaban despectivamente las oposiciones como la alta burocracia, se tuerce con
el regalo navideño del Presidente de la República a los trabajadores del Estado
que ganan menos de veinte mil pesos. El sinónimo de austeridad ha estado
vinculado en los pasados sexenios a la pobreza operativa de la corrupción. No ha gozado el país desde el Milagro Mexicano y hasta López Portillo de la prosperidad,
los tecnócratas aplicaron crudamente la austeridad empobreciendo salarios,
canasta básica, es decir, los derechos sociales del Estado de Bienestar que
caracterizó las conquistas de la Revolución Mexicana. El tropiezo de las
oposiciones con sus gimoteos legales amparándose por no ganar más que el Jefe
de Estado se vacuna con el anuncio
estupendo de López Obrador subiéndole los emolumentos a la baja y mediana
burocracia que compete al grueso de los servidores públicos. Robustecer los salarios de quienes ganan poco
reflejará un bienestar general en el país y aumentará la confianza cívica a favor de la Cuarta Transformación. Las
quejas de los altos funcionarios públicos con sueldos de 600 mil pesos
mensuales quedan en la procacidad del Estado fallido que ensanchó no sólo las
diferencias clasistas sino que divorció a los servidores de los gobernados en
decisiones estultas que rayaban en los modos de una cleptocracia. La austeridad
prometida por López Obrador no es la de ajustarse el cinturón, achicar la
cobija, reducir expectativas, sino de ampliar en una sana y honesta medianía el
bien colectivo al que deberán de mirar los Secretarios de Estado que andan con
lanza en ristre replicando estulticias de que la Cuarta Transformación es precariedad y pobreza institucional. El anuncio excelente del Presidente de la
República elevando los salarios de la baja y mediana burocracia del Estado
corrige la herencia neoliberal de la carestía.
Promesa cumplida la de Sheinbaum
eliminando las Fotomultas e iniciando la transición hacia las Fotocívicas. En los
generales de Andrés Lajous hay huecos que Sheinbaum deberá señalarle a su
titular de Movilidad y que lindan con el aspecto jurídico en que falló el
mancerismo con el Reglamento de Tránsito y sus imposiciones que dieron origen a
cientos de miles de amparos ante el Contencioso por negar el derecho de
audiencia la SSP. El vicio incurre en la Cuarta Transformación de la CDMX al
revivir Lajous los sistemas portátiles de Ebrard y foco de corrupción policial
y que obviamente tendrá contemplados acotar el titular
de Movilidad mientras se regresa a las Fotocívicas. El derecho de audiencia no
es sólo característica del Estado de Derecho sino de toda democracia funcional
como lo asienta Sheinbaum en sus audiencias públicas en el orden político y que
en el legal deben considerarse en las Fotocívicas sin excluir el peldaño
penúltimo del Contencioso, y que en el mancerismo por el amasiato entre la
Jefatura de Gobierno, llevó hasta la SCJN el fallo en contra de las Fotomultas por su ilegalidad básica de todo ciudadano a ser escuchado y atendido.
Miguel Torruco enmendó los
enfisemas de la clase empresarial corporativa extinguiendo el Consejo de
Promoción Turística. Nadie puede reprocharle a Torruco ser un desconocedor del
turismo y de los temas de la IP como para obviar que el CPT era un nicho de
prostitución de los factores elementales del emprendedurismo y del gobierno. Los
empresarios no tenían por qué manosear los recursos públicos de los mexicanos
para que coludidos con los gobernadores pasaran por encima de Sectur. La decisión
de Torruco actualiza la eterna queja de los ex Secretarios de Turismo
disminuidos ante los cotos de poder de una falsa IP más poderosa que Sectur
ante los ojos del Presidente de la República. En la desaparición del CPT,
unifica Torruco la sentencia de López Obrador a los altos funcionarios públicos
cuando les dijo que trabajar para el Estado no es para el lucro o
enriquecimiento personal y familiar. Y viene lo mejor de López Obrador, si
quieren hacer dinero, váyanse a la IP. El CPT es el entuerto de la IP haciendo
dinero con los bienes de los mexicanos y que afortunadamente Torruco devuelve a
su origen: la IP a la IP y Sectur a lo suyo en el Tren Maya. Aún queda otra
transformación por venir el gobierno de López Obrador como es la extinción de Proméxico
y operado por un empresario más español que mexicano y más poderoso que cualquier
Secretario de Economía. La promoción turística la hará Sectur como era su
obligación en sinergia con lo que antaño también hacía Relaciones Exteriores en
sus representaciones diplomáticas por el mundo.
La ganadería es una industria
remota de crueldad y esclavismo pronta a abolirse gracias a las nuevas
generaciones humanas y adversas al supremacismo del hombre sobre las demás
especies. Con estos esclavistas tristemente tendrán que trabajar Víctor
Villalobos y la Cuarta Transformación, como lo asentó en el 15 Encuentro
Nacional Ganadero, pero que no obliga al presidente López Obrador a replicar
los intimismos del Gobierno de México como los hubo entre Los Pinos y los
grupos Lala y Sukarne. La abolición de la esclavitud era inimaginable hace dos
siglos, se llamaba torpes soñadores a quienes lucharon a favor de las
libertades y lo mismo sucede hoy con los movimientos de Millennials y
Centennials contra el especismo feudal. La Cuarta Transformación, lo tiene
claro el vegetalista Villalobos, podrá conseguir en tres años la Soberanía
Alimentaria achicando a la industria ganadera, también podrá erradicar las enfermedades
que drenan el presupuesto sanitario y lleva a la tumba a miles de mexicanos
cotidianamente por comer carne y derivados lácteos. Y no es cuestión de que
Víctor Villalobos mida con igual crueldad la práctica feudalista de nuestros
ganaderos como estos con sus reses, sino que tiene la alternativa de mudar ese
negocio criminal hacia uno más amable con el medioambiente, con la humanidad y
con la prosperidad merecida en 50 millones de familias mexicanas pudiendo
abolir su hambre.
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