*Adagios del Poder
*Conversatorios por Comisiones
*FCE, botana de abstemios
*Democracia sindical
VLADIMIR ROTHSCHUH
Hasta el último día de noviembre
del 2012, Felipe Calderón y su familia no entregaban Los Pinos al nuevo
Presidente electo, majaderamente se comportaron con la tolerancia de Peña Nieto
y que la llevó más lejos manteniendo en la nómina presidencial la parasitosis
calderonista. La relación entre Peña Nieto y López Obrador ha sido distinta en
las cortesías mutuas de la alternancia de terciopelo, pero sobre todo, por haber
impedido el Presidente de México otro fraude patriótico con tal de evitar que ‘El
Peje’ accediera al poder. Un adagio griego comparaba al hombre con la madera,
un mal personaje era como las respuestas de la veta a los tintes, por más que
se aplicara el colorante siempre se veía mal. Sorprendentemente a López Obrador
el poder lo volvió generoso en la
victoria, como la buena veta de la madera con el ‘maque’ dio brillo,
profundidad y sedosidad, esa es la opalescencia de su postal con Peña Nieto,
como despuntaba su estilo personal invitando a José Antonio Meade a desayunar a
su casa. En nuestros usos y costumbres el adagio de ‘poner a un indio a
repartir pinole’ embarnece la figura de nuestros gobernantes, el poder los
corrompió en la medida de su densidad. Sirvieron los dieciocho años de campaña
permanente de López Obrador para darle alumbre a su madurez sin precipitar del
fruto, su aroma, color y el sabor por largo tiempo empapelado en el huacal. Hacer
a un lado la soberbia, distanciarse de la violencia, colmar la serenidad de los
ánimos, fueron los llamados constantes a López Obrador candidato y hoy aquel
personaje ideológicamente incendiario se aposenta en una virtud asombrosa y
ofrece a México lo mejor de sus tres momentos transformadores con Juárez,
Madero, Cárdenas y ahora él. Para quienes invocaban reconciliar a los mexicanos
exaltando nuestras identidades y apartando las diferencias, hay motivos
sobrados para acompañar esos valores personificados en López Obrador y su
incluyente, pacifista y tolerante programa de Nación.
Lo que parecía haber irrumpido
violentamente en el Senado a través de Ricardo Monreal, ahora fluye sinuosamente
entre legisladores, autoridades de Banxico, Condusef y dueños de la Banca: hay
parlamento para el común acuerdo de ajustar las comisiones a los usuarios
bancarios. Banamex ve espacios donde es posible ajustar presentándose a sí
mismo como pionero de bajas comisiones en su banca digital, no obstante que es
Banamex un evasor de impuestos por no emitir las facturas de sus cobranzas
hipotecarias ni al SAT, ni a los contribuyentes. No importa si sus deudores no
sean activos contribuyentes o sus socios solidarios sí lo sean, debe ser
obligación de la ABM emitir comprobantes fiscales. En los conversatorios de
Díaz de León, Di Costanzo, Armenta, Torres Cantú, Terrazas y Ramírez Cuéllar,
la Cámara Alta ejemplifica la supremacía del diálogo del que jamás se ha apartado
según azuzaban graciosamente los fifís de izquierda y derecha. El evento
detonado por el líder del Senado, acabará por derivar en algo muy positivo para
los mexicanos emprendedores, en un sistema bancario justo, fuerte y empático.
¿Es mejor intelectual o
administrador público José Carreño que Paco Ignacio Taibo? es una interrogante
ofensiva/grata para los salinistas y los morenos. Comparativo que también
pondría a los abstemios a picar la botana en esa mesa de virtudes. El Senado
reformó los obstáculos que tenía Taibo como español para dirigir el Fondo de
Cultura Económica, estando el despliegue de la editorial en los refugiados
españoles que se volcaron para crear una empresa librera que fomentara el
conocimiento acerca de las cuestiones económicas en un México urgido de
transformaciones. El penúltimo director del FCE con sangre española fue Joaquín
Díez-Canedo, nieto de don Enrique, el sublime crítico literario de Iberoamérica;
ahora Joaquín II dirige Libros UNAM para bien de la Máxima Casa de Estudios, de
Enrique Graue y de Jorge Volpi. Obviamente que el FCE no vivió su mejor momento
con Carreño Carlón, un personaje desprendido de su ombligo social y por ende
desnaturalizado con sus obligaciones humanas. No obstante hoy Carreño puede
sentirse parte de la Cuarta Transformación con Nachito Ovalle de regreso al
servicio público. ¿Qué es el Fondo de Cultura Económica? sigue siendo la
pregunta crucial que remonta a sus umbrales y su desempeño posmoderno como una
paraestatal incumpliendo sus funciones editoriales. La reforma del Senado
atendió las urgencias de Taibo, dejando a un lado el muégano que crearon los
salinistas al no hacer formar parte al FCE de la nueva Secretaría de Cultura. Por
proyecciones transexenales Carreño prefería estar bajo la egida de la SEP,
debido a su frustración de que Peña Nieto prefiriera al cultísimo y generoso
Rafael Tovar y de Teresa para encargarse de Conaculta. El vicio persiste y
tanto Ricardo Monreal, Esteban Moctezuma, como Alejandra Frausto, deben hacer
la enmienda para que el FCE pertenezca a la Secretaría de Cultura.
Presumía Navarrete Prida haberle
dejado resuelta la democracia sindical a
la Cuarta Transformación. Tanto para Rocío Nahle la legitimidad de Romero
Deschamps en el Sindicato de Pemex, quedó abonada en beneficio de los proyectos
de refinería, tanto para Esteban Moctezuma, la reelección de Juan Díaz en el
SNTE. Y el titular de la SEP confirmó en el Senado su respeto por la democracia
sindical; son las bases magisteriales las que designan a sus dirigentes,
manteniéndose al margen la institución pública. Y percibida la vocación
pacifista del Presidente electo dejando de regir su mandato la rencilla
política, el ruido metido por Elba Esther haciéndose pasar libertadora y
propietaria del SNTE, poco avala su credibilidad. Eso sin mencionar el
albazo de la Maestra, enterada la semana pasada de la comparecencia de
Moctezuma en el Senado y empeñada en hacer gargarismos. Si la venganza no mueve
a López Obrador, la maestra Gordillo no será la excepción.
El derrumbe de Peñoles en la
Bolsa de Valores, no fue el derrumbe de Napito Gómez como adversario de los
empresarios mineros. El líder y senador
es un abuelo dispuesto a darle cátedra a sus nietos, jamás permitirá más depredación
o despojo a las etnias en sus tierras sea de connacionales o de extranjeros.
Tan es así, que al país que lo protegió de la persecución política, le dio la
espalda en la reciente visita del Canciller Ebrard a Trudeau. Las empresas
mineras canadienses violan los derechos humanos en México y hay que frenarlas y
sancionarlas, es la tilde del Napoleón sindical. Mientras los empresarios mineros
pataleaban tirando la BMV a ver si conseguían lo que obtuvieron los banqueros
de Urzúa y Romo, en Baja California, Gómez Urrutia se le imponía a Larrea como
la figura preferida del sindicalismo metalúrgico. A Monreal le ha lloviznado
por su iniciativa contra la usura, mientras Napito Gómez Urrutia luce fresco
con la BMV desplomada y el Peso manos arriba.
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