*Chinameca del siglo XXI
*Kundalini emplumada
*De mocasines por Palacio
*Anunnakis empoderados
*Godínez criminales
*Entre Izquierda y derecha
*Mediocridad de la Doctrina
*Gasolinas baratas
*El partidazo se queda
*Consolidación, no refundación
VLADIMIR ROTHSCHUH
El padre Solalinde es el fusible
que López Obrador trata de hacer efectivo ante el EZLN luego del rechazo de la
guerrilla zapatista a reconocer en el
nuevo finquero presidencial alguna novedad que distinga de los demás gamonales
que han pasado por Palacio Nacional. La apelación de Solalinde es que el Sub
Comandante Galeano o Marcos deponga su beligerancia y se dirija a la CDMX como
a Chinameca remediando una paz inconclusa desde que el ahora Canciller Marcelo
Ebrard organizaba las conversaciones vargallosianas en Catedral. El futuro
Ombudsman de la CNDH ofrece sus buenos servicios como lo hizo entre el crimen
organizado, el peñanietismo y los padres de los 43. Pero el Sub Galeano o
Marcos tiene otros fusibles de mejor calidad como Carmen Lira y los hijos de
Andrés Manuel, abriendo el divorcio entre las apostasías de quienes repelen el
Establishment y quienes lo aceptan; aspecto que no puede enviar al caño el EZLN
cuando intentó por las buenas de Marichuy ser parte de ese régimen que suelta
millones de pesos en subsidios partidocráticos. Quizá si López Obrador hubiese,
otra vez ese desinencial pluscuanimperfecto del hubiese por el hubiera votado
Andrés Manuel por la candidata presidencial zapatista antes que disparar al
aire salvas por la Viuda Ibarra de Piedra, estaría el EZLN volcado en elogios
por el nuevo finquero de Palacio Nacional. Tiempos lejanos son redivivos por el
acento que el multilector Marcos entonces y ahora Galeano cuando comparaba a López
Obrador como un mago de oropeles nacido de la imaginación mercantilista de Og
Mandino. De aquellos lustros a éste, el parecer guerrillero sobre el Finquero deja aún demasiado qué desear entre los que no tienen
mondadientes para espulgarse la pobreza en Palenque. Liras o Solalindes son insuficientes en
obtener la química de esos polos comunes del redencionismo, el Sub Galeano o
Marcos como el Peje o Amlo vibran en la misma frecuencia iluminista para
convenir en pareceres idiosincráticos ahora que sin armas la ‘revolución morena’ entró con
mocasines en Palacio Nacional.
Metido en berenjenales
zapatistas, el otro fusible de López Obrador para puentear el desasosiego del
factismo magisterial de la CNTE, es el Barón Precolombino y dueño ancestral del
Altiplano que se hará cargo de la Instrucción Pública en la Puebla de Bartlett. Este Moctezuma con el que ya tuvo qué ver el Sub Comandante Marcos para que Esteban saliera con paso triunfal por Bucareli ante la asonada mexiquense, que
indescriptiblemente, haría la Reforma Educativa a la que ahora deberá desmontar
y afinar López Obrador conforme sus promesas de campaña. Esteban Moctezuma, ex
pacificador de Chiapas, regresa con denuedo kármico a enmendarle a Emilio
Chuayffet una reforma más laboral que educativa como las muchas que ha habido
por la SEP desde Miguel de la Madrid hasta Felipe Calderón. El ‘pero’ del tátara,
tátara nieto del Emperador que vio en Cortés a la Kundalini Emplumada de los
Anunnakis y su extraña clasificación sanguínea (¿Esteban es RH Negativo?), es
que nadie puede evolucionar sin calidad formativa y menos enseñar a otros lo
que desconoce. El mensaje del Secretario de Educación, Moctezuma, a la CNTE y al
SNTE es que la evaluación seguirá aplicándose en la cualificación del servicio
docente, aun cuando el siglo XXI se distinga por habilidades aprehendidas y no
el viejo modelo de los setentas del siglo pasado que examinaba lectomatemáticas
y otorgaba un absurdo IQ. El operador pedagógico de López Obrador en la SEP no
se sorprende con la reforma educativa de Chuayffet y Nuño, forma parte de las
reformas fallidas que traen trompicando a piejuntillas nuestra subcultura y
nuestra incivilidad. De la Madrid emprendió la descentralización educativa,
Salinas añadió modernidad a la educación decapitando a Jonguitud, Zedillo
estandarizó las aptitudes, Fox creyó en la sapiencia de Elba Esther, Calderón
se estrelló con la Maestra y en torno al factismo naufragaron los párvulos
nacionales hasta esta incongruencia manifestada. Moctezuma, a distinción de su
ancestro el Emperador, no dudará cuestionando la validez reformista que
distingue nuestra parchada Carta Magna, sino que deberá mirar en su entorno
para descubrir frente a frente las pupilas del crimen que ha asesinado sexenio tras sexenio los aciertos
pedagógicos por la rutina burocrática. No son los mentores, no son los
sindicatos, no son las reformas, son los Godínez silenciosos que aniquilan
cualquier propósito y entusiasmo renovador e innovador en la Instrucción
Pública.
No hay crímenes buenos
de
izquierda y mucho menos crímenes malos de derecha: hay despotismo a secas. El desafío para el plenipotenciario Canciller
mexicano, Marcelo Ebrard, es derribar la mediocridad de la Autodeterminación de
los Pueblos que distinguió la mitad de este sexenio ignorando los crímenes de
lesa humanidad en Latinoamérica, para que fueran perdonados los nuestros. Los
crímenes de Nicolás Maduro o los de Daniel Ortega, jamás pueden adjetivarse
sino ceñirse a esas letras doradas que el joven Ebrard leyó por Mont Pelée
acerca de la libertad y la igualdad a ritmo de la Marsellesa. Ninguna violencia
es acertada, venga de donde venga; por eso hoy se lamentan quienes desde el
pejismo incitaron los odios fratricidas y en el ascenso del poder los salpican
como recordatorio de la mecánica newtoniana. ¿Seguirá Ebrard cerrando los ojos
como Videgaray, ante las brutalidades del autoritarismo venezolano y nicaragüense?
El reto intelectual no es menor para el ex alumno del Colmex que padeció en
carne propia el ostracismo impuesto por el poder absoluto. Escalas de
distinciones en los abusos de la tiranía no existen como no lo hay en las
emociones pequeñas o grandes del autócrata, para que ese juarismo pregonado por
López Obrador no se jibarice en Relaciones Exteriores festinando los abusos del
populismo en Venezuela y Nicaragua.
se queda
es el progresismo de Rocío Nahle mirando al futuro y permitiéndole a Pemex y a
la IP en el libre mercado de hidrocarburos. Evita mirar hacia atrás la Secretaria
Virtual de Energía rehabilitando las refinerías abandonadas desde Pichardo
Pagaza, Luis Téllez y Reyes Heroles, para que a mediados del 2019 las promesas
de López Obrador cuajen con gasolinas baratas. Y como la reforma energética
sobrevive, habrá más de un gavilán pollero intentando desplumar ese sueño de
petrolizar México y que Nahle cree posible acompañándose de la inversión
privada como del nervio sindical que ha sabido adaptarse con Romero Deschamps
desde la transición del 2000 y sus alternancias.
su peso por delante
y arrolla el arribismo carroñero: Juárez Cisneros debe permanecer en el CEN
tricolor hasta agosto del año entrante. Aceves del Olmo ni siquiera cree que
deba el PRI cambiar siglas, refundarse, remover a Juárez Cisneros, ser otro, sino ajustarse a sus
orígenes, porque como líder obrero otea en el movimiento de López Obrador el
regreso del viejo priísmo de los años sesenta y setenta. Esto es, la CTM no ve
fulminado al tricolor sino escindido en una corriente que alcanzó el poder
presidencial, gubernaturas, congresos y alcaldías remitiéndose al pasado del
milagro mexicano cuyas instituciones son obra de ese PRI. El futuro del ex
partido de Estado no está adelante sino atrás como corroboraron millones de
mexicanos votando por el ex priísta López Obrador. Para el líder cetemista con Juárez Cisneros
conduciendo la noche del uno de julio la alternancia con talante democrático,
está avalado para mover al PRI hasta mediados del año entrante
aplacando el pillaje y oportunismo de
los que no supieron hacer nada antes y no sabrán hacerlo después.